Dra. Aida Calvillo
Licenciada en Odontología por la Univ. De Murcia en 2003.
Máster de 2 años en Odontopediatría Integral y Hospitalaria por la Univ. Internacional de Catalunya (UIC).
Máster en Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial por la Univ. CEU Cardenal Herrera.
1º Promoción Máster Damon.
Certificación Invisalign y sistema Insignia.
ODONTÓLOGA, ODONTOPEDIATRA Y ORTODONCISTA
Es perfeccionista, decidida, emprendedora y familiar.
Especialista en:
Ortodoncia
Enfermedades tratadas
Bruxismo
Enfermedad periodontal
Caries
La mejor forma para que tu hijo no tenga miedo al dentista y a su tratamiento dental infantil son las visitas desde la aparición del primer diente, llevarle a sus revisiones anuales mínimo una vez al año y así crear su hogar dental, donde la principal misión va a ser la prevención.
Cuando ya la caries ha aparecido, y estas deben ser tratadas siempre, muchos padres se sienten preocupados cuando les decimos que a su hijo tenemos que hacerle un empaste. La pregunta del millón es si le vamos a pinchar. Es muy importante saber qué temen los niños que se enfrentan a su primer tratamiento dental infantil.
Tabla de contenidos
ToggleLos miedos de los niños ante un tratamiento dental infantil.
Uno de los mayores miedos de los niños cuando van al dentista es el dolor. Es comprensible que los niños tengan miedo a sentir dolor durante un tratamiento dental infantil, por eso es importante que los padres los preparan antes de la visita y les aseguren que el odontopediatra hará todo lo posible para que la experiencia sea lo más cómoda y sin dolor posible. Otro miedo común es la sensación de asfixia que pueden tener cuando se les coloca alguna herramienta para mantener la boca abierta durante el tratamiento.
Los niños también pueden tener miedo a los ruidos, luces y objetos extraños que pueden encontrar en la consulta. Por eso es importante que los padres los preparan para la visita y les expliquen lo que pueden esperar en la consulta. Al conocer lo que les espera, los niños tendrán menos miedo y se sentirán más preparados y seguros durante la visita al dentista.
¿Qué hacemos para que no pasen un tiempo desagradable?
Hoy en día, el ambiente de las consultas ayuda mucho, ponemos la música que les gusta, y los odontopediatras nos encargaremos de disfrazarle todas las sensaciones que pueda sentir, con globos, hormiguitas, aguas dormilonas, cada uno usará su mundo de fantasía donde los sumergiremos, pero está claro que no deja de ser un tratamiento dental y sienten lo mismo que los adultos. Sí, exactamente lo mismo, no tenemos ninguna varita mágica para que ellos no noten nada, por eso somos tan insistentes en controlar la alimentación de nuestros hijos, reducir el consumo de azúcares, y lavar sus dientes con pasta fluorada al menos 2 veces al día, desde la aparición del primer diente, porque sabemos que esto funciona y si lo hacemos, no los haremos pasar por esto.
¿Qué hacer para quitar sus miedos a un tratamiento dental infantil?
Cuando tratamos a niños muy pequeños a veces lloran, y una vez diferenciado que no es por dolor, no pasa nada, es miedo a lo desconocido y a las sensaciones. Lo importante será cómo se lo disfracemos después, debemos evitar frases como “no te van a pinchar”, “no duele”, “pareces un niño pequeño”, “lloras como un bebé”, al revés, siempre los animaremos durante todo el tratamiento que lo están haciendo muy bien. Y terminaremos con un gran aplauso de campeones por haberlo conseguido.
No podemos llegar a casa y contarle a toda la familia que lloró, o decirle que lo pincharon y que tu hijo lo oiga, aunque parezca que no nos escuchan, ellos lo oyen todo. Al contrario, siempre recordaremos lo bien que lo hicieron y los premiaremos, no tiene por qué ser nada material, a veces que sus padres les hagan un baile con la canción de moda antes de acostarse, una partida a la oca, es lo más gratificante para ellos. En la siguiente visita para un tratamiento dental infantil, ¿de qué creen que se acordarán?
A la mayoría de mis pequeños pacientes les encanta venir a la consulta, les piden a los Reyes la Barbie dentista, o el premio que ellos mismos eligen es un espejo como el mío para poder contar los dientes a sus muñecos, y es que la visita al dentista no tiene por qué ser traumática, más bien todo lo contrario.